Los asientos son una parte fundamental de nuestra casa. ¿Qué sería de estas invernales tardes de domingo sin un sofá, de las comidas familiares sin unas sillas de comedor o del tan íntimo y delicado momento de darle papa a nuestro bebé sin una acogedora poltrona? En fin, cada asiento cumple una función práctica y todas son indispensables por su utilidad, pero también por su aporte decorativo.
Veamos las diferencias entre los cuatro asientos más comunes para identificar su potencial y darle a cada uno el lugar que merece en nuestro hogar. ¡Todas empiezan por S!
Silla
Empecemos por el más común de todos los asientos: la silla. ¡Obvio, todos sabemos lo que es una silla! Y aunque en la definición oficial leerás que es un asiento con respaldo en el que solo cabe una persona y que suele tener cuatro patas, quienes gustamos del diseño y decoración sabemos que éste último punto no siempre es cierto. Hay sillas con tres patas, con una base única y también con 5, 7 o más ruedas. Las hay con brazos o sin ellos, incluso puedes ver agunas con o sin respaldo.
Lo importante es que tengas en cuenta que además de ser un mueble funcional, puede sere el foco central de tu decoración.
Las sillas son la base más obvia de nuestra vida diaria, pero también un elemento clave en la decoración de cualquier pieza, desde la cocina hasta el recibidor. Si no, fíjate en tu casa, seguro que tienes más de tres, incluso si tu departamento es pequeño.
Sitial
Los sitiales son las hermanas mayores de las sillas. Comparten su misma estructura, pero suelen estar mucho más armadas y, por eso, también son más voluminosas.
Como curiosidad, los sitiales solían ser –y aún se les conoce por este nombre – los asientos de ceremonia que usaban ciertas personalidades en actos solemnes. Es probable que la necesidad de adornar las sillas comunes o de darles mayor envergadura para algunos actos, diera lugar a los primeros sitiales.
Son ideales en el dormitorio, donde sirven como calzadora, pero también en el living, donde pueden cumplir la función de un sillón cuando tenemos poco espacio. Últimamente también los vemos mucho en mesas de comedor rectangulares, pero ocupando solo los dos puestos presidenciales.
Sillón / Poltrona
Este asiento es el que recibe más nombres: sillón, butaca, poltrona, orejera… Y es el intermedio entre el sitial y el sofá. Siempre tiene brazos y suele ser grande y voluminoso, además de confortable.
Es un infaltable en rincones de lectura, pero también en espacios que requieren un poco de calidez. Tiene tanta personalidad y empaque se suele necesitar muy poco a su alrededor para darle forma a un look.
A mí me apasionan los sillones orejeros, con aire antiguo y tapizados con algún tejido llamativo, como el terciopelo o la pana, ¿qué opinas tú?
Sofá
Terminamos con el amado y deseado sofá que, como siempre digo, es, junto con la cama, el mueble de la casa que merece mayor presupuesto y atención a la hora de comprarlo.
El sofá es el rey indiscutible del living, aunque si tienes espacio en casa también puedes colocar uno en tu vestidor o en tu pieza, también es tendencia sacarlos a la terraza ¡por qué no!
Su característica principal es que permite que se sienten en él dos o más personas, por eso es el lugar perfecto para descansar, solo o acompañado, para leer, ver tele o sentarte a compartir con amigos. Hay grados de firmeza en sus cojines y miles de diseños para que escojas el que mejor encaja con tu personalidad y la de tu casa.
Además de estos cuatro tipos de asientos hay algunos más, como los taburetes altos y bajos, las chaise-long o los poufs. Y ojo, porque también, con la evolución los diseños, van apareciendo cada vez más híbridos y cruces entre los distintos tipos de asiento, así que, si tienes dudas, asegúrate de buscarlos por varios nombres en los catálogos online.
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