Diario de una Novia 10: Rincones Emotivos

El tu matrimonio va a ser probablemente el día más emotivo de tu vida. Seguro que te han dicho esto mil veces y suena a cliché, pero es cierto. Da igual si eres muy sentimental o muy fría, porque ese día miles de pensamientos recorren tu mente y las muestras de cariño son tantas, y vienen de tantas formas, que uno realmente queda abrumado y extasiado.

Y es que, por un día, por unas horas, de pronto van a juntarse en un mismo lugar tus personas favoritas, de distintas etapas de tu vida: tu familia, tus amigos de la infancia, los de la pega, los que conociste en el extranjero y viajan solo para acompañarte…

Ese día vas a mil. Todo es muy intenso. Sí, tenemos las fotos y también los videos pero ¿qué ocurre con las palabras? Ese día se dicen y piensan tantas cosas lindas… Por eso creo que es buena idea programar la forma de recopilar todo ese cariño, esos buenos augurios y deseos, para revisarlos con más calma cuando pase el ajetreo, recordarlos cuando pasen los años y brindar por ellos en alguna fecha especial.

Puedes utilizar cualquier soporte – cuanto más original, mejor-, pero intenta que sea de un tamaño prudente para que no se rompa con el tiempo y para que sea fácil de almacenar. Aquí tienes algunas ideas para que tus invitados vuelquen todos esos buenos deseos en ese momento de máximo entusiasmo y alegría.

Un libro de firmas

Empecemos por la opción más tradicional: el libro de firmas. Nunca pasa de moda y con el tiempo ha ido sumando nuevos elementos que lo hacen más entretenido: pegatinas, cintas, relieves… aunque sin duda mi favorito son las fotos Polaroid.

Lo más complicado es conseguirse la cámara, pero si alguien te la presta o estás dispuesto a hacer la inversión, te aseguro que el resultado es maravilloso. Obvio que de ese día tendrás miles de fotos, pero éstas se las van a tomar tus invitados especialmente para ti, y para acompañar los deseos que les quieran escribir en el libro. ¡Acuérdate de dejar una barra de pegamento para que no te extravíe ninguna!

Postales de viajes

Esta idea me encantó desde la primera vez que me la crucé en Pinterest y es ideal para novios viajeros o aventureros.

Tienes que recopilar un buen puñado de postales y exponerlas de forma divertida, por ejemplo, como si estuvieran aún en un quiosco, para que tus invitados puedan elegir su favorita y escribiros unas palabras por detrás.

Después os las pueden dejar en una maleta vintage o en un buzón cerrado.

Un buzón vintage

El buzón también es una idea estupenda. ¡No tiene por qué ir acompañado de postales!

Me encantan esos buzones antiguos, tipo americano, de los que se sostenían en un poste y el cartero dejaba con una banderola roja levantada si es que había una carta. Si consigues hacerte con uno de esos ¡se verá genial! Si no, puedes utilizar uno más moderno y decorarlo con flores y pintura.

Con las cartas y comentarios que te dejen puedes hacer un cuaderno o una cajita de recuerdos.

Un jarrón de vidrio

Un detallito más sutil son las piedritas de cantos rodados. Tus invitados pueden escribirte mensajitos breves con un lápiz permanente y después dejarlas dentro de un jarrón de vidrio.

Un complemento para la decoración de tu living cargado de simbolismo y cariño, para que los buenos deseos te acompañen siempre.

Un árbol de huellas

También hay quienes pierden la inspiración en medio del carrete o no les apetece parar la fiesta para escribir. ¡Igual pueden dejar su huella! En este caso, literalmente.

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Funciona así: imprime en gran formato el dibujo de un tronco (también lo puedes dibujar si eres habilidoso) y escribe debajo los datos del matri: vuestros nombres, la fecha y lugar, etc. Cada invitado irá dejando sus huellas dactilares alrededor, formando las hojas y ramas. Deja tintas de distintos colores para que cada uno elija la que más le guste y el resultado final se vea más entretenido. ¡Éste es el árbol de tus seres queridos! Un adorno único para tu casa y un recuerdo inolvidable para toda la vida.

Pueden parecer sutilezas, pero todas esas emociones y cariños son bien intensos y, aunque perduran un tiempo frescas en la mente y en el corazón, también es lindo recogerlos y conservarlos para la posteridad. Seguro que dentro de algunos años sonríes revisándolas y te alegras de haberlas conservado.