Dar el paso de ir a vivir en pareja es emocionante, especial y súper lindo. Sin embargo, también es una transición difícil, en la que debemos aprender a convivir con otra persona, con sus rutinas y gustos, los cuales muchas veces difieren de los nuestros. Y en la decoración pasa lo mismo.
Recuerdo que cuando me fui a vivir con mi pareja, hace ya un par de años, estaba muy emocionada con la idea de comprar cosas nuevas para la casa, decorar y tener –por fin- un lugar que fuera mío.
Si esto te suena familiar te recomiendo que sigas leyendo, porque seguramente te encontrarás con algunas situaciones que no considerabas: un inesperado gusto por colores extraños en los muros, muebles que -según tú- debieran ir directo al reciclaje, o una pasión muy confusa por la cuerina blanca.
Para que esto no te pase y tu convivencia no termine antes de comenzar, te dejo 4 consejos que aprendí en carne propia para decorar en pareja y no morir en el intento.
Transar
Lo primero, y este consejo puedes aplicarlo en todo orden de cosas, es transar con tu pareja. Si sus gustos son muy diferentes y no encuentran un punto en común, entonces hagan una lista de prioridades, con las cosas que para cada uno son las más importantes a la hora de decorar: la paleta de colores, un mueble, un espacio en particular, etc.
Una vez lista, compárenlas y vean qué cosas pueden dejar ir y qué cosas no. Por ejemplo, para mi el color de las paredes era muy importante, pero para mi pareja no tanto. Sin embargo, para él, conservar el sofá de su papá era muy significativo. ¿Qué hacemos? Transamos.
Como decía, esto significará que deberás dejar cosas de lado, sin embargo, podrás conservar otras (quizás las más importantes), logrando un equilibro y un acuerdo en cuanto a la decoración.
Aprender a mezclar estilos
Probablemente tienes una idea muy definida de tu estilo, y por lo tanto, de cómo quieres que sea la decoración de tu nueva casa. Pero adivina, ¡tu pareja viene con la misma intención! Por lo mismo, tendrán que aprender a mezclar sus gustos.
Si ellos son parecidos, por ejemplo, si a ti te gusta la onda más bohemia y a él/ella los espacios limpios y nórdicos, la mezcla no será tan difícil y quizás se dé de manera natural. Por el contrario, si sus estilos son diametralmente opuestos la tarea es más complicada.
Para resolverlo te recomiendo que cada uno busque imágenes de referencia y haga un pequeño collage o moodboard con su estilo (materiales, colores, muebles, etc). Luego, júntenlos y vean qué cosas tienen en común. Quizás hay colores o texturas similares, o tipos de muebles que pueden funcionar bien en ambos casos.
Cosas antiguas y cosas nuevas
Una buena forma de lograr un equilibrio entre tus gustos y los de tu pareja es combinando muebles de cada uno con cosas completamente nuevas.
Esto permitirá que existan puntos en común, que harán que el nuevo departamento o casa se sienta realmente como un espacio creado y representado por ambos. Por lo mismo, a la hora de comprar estos nuevos elementos, háganlo en conjunto.
Además, mezclar cosas antiguas y nuevas hará que tus espacios logren un estilo único y súper personal.
Espacios para cada uno
Si bien la idea de este nuevo hogar es que sea la mezcla entre dos personas, también les recomiendo que cada uno tenga una habitación, espacio o rincón exclusivo. La idea es que en él puedas tener esas cosas que no funcionan combinadas con las de tu pareja, que se transforme en “tu pequeño mundo”, en una especie de escape y lugar especial.
En nuestro caso ha funcionado muy bien, porque además hemos tenido que aprender a respetar los espacios personales cada uno. ¡100% recomendado!
¿Tienes algún otro consejo que quieras compartir?
Cony
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