Si vives en un departamento compartido, seguro que alguna vez te has planteado la duda de cómo lograr que se sienta acogedor, como un hogar. Y es que convivir con amigos (o desconocidos) puede ser una experiencia muy entretenida, pero requiere tolerancia, paciencia y, sobre todo, mucho respeto. Coordinar los turnos de limpieza, mantener el orden en las zonas comunes y conseguir que tus galletas favoritas no desaparezcan pueden ser algunos de los desafíos más obvios. La decoración y organización de los muebles es otro.
Cada cual tiene su estilo, sus costumbres y sus formas, por eso es importante hacer esfuerzos y concesiones para conjugarlos todos y conseguir que el depa se sienta un hogar para todos ¡No es tan complicado! Ya verás. Cuidando algunos detalles seguro que lo consiguen.
Por ejemplo, esfuércense por crear distintos ambientes y espacios dentro de un área abierta, porque es interesante que las zonas comunes sean espacios sociales en los que poder compartir, aunque cada uno esté haciendo cosas distintas. Incluso en departamentos pequeños es posible conseguirlo.
Puede haber un rinconcito de lectura, con una butaca cómoda y una mesita auxiliar para apoyar una taza de té y un libro. Que sea un espacio acogedor, sin tecnología, sin apuntes de universidad ni papeles de trabajo, en el que alguno de ustedes pueda sentarse a relajarse después de un largo día.
En otro espacio pueden colocar un sofá maxi. Será el sitio perfecto para sentarse a conversar y compartir. Las sensaciones y pequeños momentos son los que hacen que una casa sea un hogar al que apetezca volver al final del día. Pueden ver alguna película o comer todos juntos. ¡Como una familia!
Si a alguno de ustedes le gusta cocinar, también pueden acompañarlo y hacer de las comidas el momento perfecto del día para encontrarse. Cocinar juntos es una hermosa forma de compartir que, aunque no lo creas, une mucho. Al fin y al cabo los seres humanos celebramos todo comiendo y preparar esa comida en conjunto tiene un enfoque medio místico.
Me pasa que, en muchos departamentos compartidos, veo que los muros están vacíos. Tal vez sea por eso de que cada uno tiene gustos diferentes, sin embargo, los muros son importantísimos a la hora de darle calidez a una casa.
Si no hay un estilo que les guste a todos o tienen gustos muy diferentes, opten por algunas láminas neutras o elijan un adorno cada uno, ¡puede ser divertido! Una opción muy socorrida son las fotografías, que además le dan un aire muy hogareño y familiar.
Otro detalle importante son las puertas. Seguro que, cuando vivías con tus papás, no veías todas las puertas de la casa cerradas. Y si bien es cierto que una puerta cerrada representa intimidad, también bloquea la energía. Es equivalente a un cartel que dice: “Quiero estar solo, no quiero que me molesten”. Y está bien para algunos ratos, pero si quieres que tu departamento se sienta como un hogar, intenta que las puertas estén abiertas para que fluya la buena onda.
Por último, recuerda cuidar los detalles. Al fin y al cabo, son siempre los que marcan la diferencia ¿Cómo puedes hacerlo? Cada uno tiene su forma, pero mi favorita son las flores frescas, que siempre consiguen arrancarle una sonrisa a alguien y además le dan vida y alegría a las casas.
¿Ves? Con muy poco puedes conseguir que un departamento compartido sea un verdadero hogar. Tienes todo el verano para pensarlo y en marzo: ¡Manos a la obra!
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