El papel mural fue uno de esos elementos indispensables en las decoraciones de los años 60 y 70. Después de aquellas épocas doradas cayó en el olvido y nunca nadie más volvió a utilizarlo. Nos recordaba a las casas de nuestras abuelas y a las oficinas antiguas. Tal vez por eso fue una de las primeras bajas cuando llegó el minimalismo, aunque tal vez sea por eso que nos ha hecho rescatarlo en los últimos tiempos, en los que lo vintage ha vuelto a estar de moda.
Pero el papel mural de ahora ya no es el de antes. Primero porque no está hecho sólo de papel, hoy tenemos además materiales como el vinilo y los tejidos adhesivos que nos permiten utilizarlo en una mayor variedad de espacios, por ejemplo, baños y exteriores, en los que antes era impensable. Otra diferencia fundamental con el de antaño es que ya es muy raro encontrar rollos de papel que estén realmente pintados.
Las tecnologías de hoy hacen posible que tengamos una amplia variedad de estampados y diseños, impresos con láser en su mayoría, que se adaptan a cualquier estilo decorativo.
Y como en todo, lo nuevo y lo que vuelve, hay tendencias que marcan la pauta de lo más in. En el caso del papel mural y los fotomurales vinílicos, el 2017 tiene forma de flores, estampados geométricos, paisajes y reproducciones digitales de ciudades… Pero sobre todo de imitaciones de materiales, como la madera, el metal o el hormigón.
¿Dónde lo instalo?
El papel mural o los fotomurales son una forma eficaz, rápida y no muy cara de darle vida a un espacio. Lo más habitual es encontrarlos en el living o en el dormitorio, pero en realidad puedes instalarlos donde prefieras. Por ejemplo, en la pieza de los niños, para hacerla ver más entretenida, o en el cuarto de baño, para alivianar un poco los porcelanatos.
En el dormitorio se puede instalar en el muro detrás de la cama, para enfatizarlo o si es que no tienes sitio para un respaldo convencional. Y en el living, el papel mural te ayudará a poner énfasis en uno de los muros.
Si eliges un diseño de rayas el techo de la pieza parecerá mucho más alto, así es que si tienes un salón pequeñito puede ser una excelente idea.
No solo en muros…
Si no te atreves aún a meterle papel a tus muros, puedes empezar por los muebles. Es la última tendencia y la verdad es que los resultados son espectaculares. Revestir el interior de una vitrina o un armario, alegrar el lateral de algún mueble antiguo o renovar la cubierta de una mesa o un arrimo… ¡Tu imaginación es el límite! ¿Quieres ver cómo queda? Aquí tienes algunas ideas inspiradoras:
Comentarios