Algunos piensan que las alfombras son solo para el invierno, y tiene cierta lógica, la verdad. Las alfombras abrigan, aíslan del frío y hacen más apetecibles los espacios interiores, porque, reconozcámoslo, no hay nada que transmita más calor de hogar que una buena alfombra.
Sin embargo, también sirven para otras muchas cosas, como proteger el suelo, filtrar el polvo, ayudarnos a delimitar espacios y dar un toque de color a nuestra decoración.
Los materiales del verano
Así como cambiamos nuestro armario con cada temporada, también podemos hacer ciertas modificaciones en casa con la llegada del calor. La más obvia y sencilla son los textiles, como las alfombras.
Y es que en verano, ¡no hay por qué dejar los suelos desnudos! Basta con cambiar las pesadas alfombras de lana por otras de tejidos más ligeros. El bambú, el yute, el ratán, el algodón son materiales naturales que transpiran mejor y ayudan a conseguir esa sensación de frescor tan deseada en primavera y verano.
También suelen ser más sencillos de limpiar. Algunos incluso solo con un poco de agua y un trapo están listos.
Aunque las alfombras tejidas en este tipo de materiales naturales suelen identificarse más con decoraciones rústicas, lo cierto es que cada vez más se integran en otras decoraciones más modernas e incluso sofisticadas. ¿Será porque lo natural ha vuelto a cobrar sentido?
No tienen por qué ser fibras de colores naturales, también pueden ser tejidos teñidos en colores suaves, pastel o, si eres más atrevido, otros tonos más subidos y brillantes.
El spot perfecto para tu alfombra de verano
Como en verano intentamos pasar más tiempo en exteriores, ¿por qué no sacar fuera nuestras alfombras también? Quedan perfectas en el suelo de una terraza (ojo, ¡que no tienen por qué ser muy grandes!), porque le dan un toque diferente y alegran el ambiente inmediatamente.
Eso sí, si la vas a dejar instalada toda la temporada, elige una de material resistente para que no se estropee más de la cuenta.
Si tienes un jardín o un porche, tal vez te apetezca instalar un saloncito de verano y, si tienes alfombras en el living de invierno, ¿por qué no tenerlas también en el exterior?
Las zonas de paso suelen ser espacios medio muertos y a los que la gente no dedica mucha atención, sin embargo, son muy transitados y con una alfombra ligera pueden cambiar por completo la onda. ¿Qué te parece?
¿Y qué tal esta idea? Instala tu alfombra de verano en una escalinata. Un poco más sofisticada y tal vez de cuento, ¡pero me encanta!
Por supuesto, tus alfombras de verano también tienen cabida en los spots más convencionales: la pieza principal, el living, el comedor…
¿Ya sabes dónde vas a instalar la tuya? Pásate por la sección de alfombras en Sodimac, seguro que encuentras una ideal para ti. Y recuerda, ya sea invierno o verano, ¡una alfombra nunca sobra!
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