Si eres una de esas personas a las que les encanta recibir en casa y hacer fiestas, tal vez haya llegado el momento de instalar una barra de bar, ¿lo habías pensado?
Además, seamos realistas, guardar las botellas, los distintos vasos y todos los insumos de coctelería no es tarea fácil. Ocupan mucho espacio y queremos tenerlos a mano, pero no necesariamente a la vista. Por eso, montar un bar puede ser una excelente idea.
No se sabe con exactitud a qué tiempos se remontan los primeros bares. La verdad es que los seres humanos siempre hemos buscado entornos y motivos para socializar y reponer fuerzas. Desde las thermopolias romanas, donde se servían bebidas calientes en invierno y frías en verano, a las antiguas posadas y tabernas de la Edad Media.
En tiempos un poco más recientes, allá por 1859 y en plena era industrial, empezaron a surgir en Gran Bretaña las Public Houses (después conocidas como Pubs), que se convirtieron en el centro de la vida social de los barrios obreros.
En inglés Bar significa Barra, una palabra que deriva del latín y que en la Italia del Siglo XII se utilizaba para referirse a las barreras separadoras en las cortes de justicia. De un término casi jurídico pasó a uno lúdico en unos cientos de años y, sin embargo, el concepto de fondo siguió siendo el mismo: dividir o separar; de lado los licores, los insumos y el barman y del otro los clientes.
1. Dónde instalar tu bar
Si quieres montar un bar en tu casa vas a tener que tomar una serie de decisiones importantes antes de empezar. La primera es definir en qué lugar de la casa lo vas a instalar: ¿dentro o fuera?
Si tienes un sótano o una pieza de sobra puedes montar tu bar ahí. Sin embargo, como hoy en día los departamentos cada vez son más pequeños y no sobra ni un metro cuadrado, ¡hay que recurrir a la imaginación!
La mayoría opta por colocar su bar en el living, que suele ser el lugar de la casa de más fácil acceso, con más espacio y mejores vistas. Si tienes una cocina integrada, el bar te puede servir para hacer una pequeña separación.
2. El tipo de bar
Una vez elegida la ubicación viene la segunda decisión: ¿Qué tipo de bar quieres? Por ejemplo, un bar de cócteles tropicales, un poco más divertido y desenfadado; un bar de combinados con licores más clásicos; o un wine bar, más chic y sofisticado.
3. El estilo que le darás a tu bar
La tercera decisión está muy relacionada a las dos anteriores y es: ¿qué aire o estilo quieres darle a tu bar? Es decir, cómo lo vas a decorar. Con una imagen de clásico pub inglés, algo más vintage, con aires tropicales, ¿o prefieres algo moderno y sencillo?
Ten en cuenta que si tu bar está integrado en otro espacio, la decoración tiene que ser armónica. Por ejemplo, elige unos taburetes que combinen con el sofá del living, con las butacas o con los cojines.
Con esas 3 decisiones tomadas, sólo tienes que ponerte manos a la obra y afinar detalles. Por ejemplo, el tamaño y la forma de la barra y de las repisas va a depender totalmente del estilo que elijas y del espacio que tengas. Puedes montar un bar enorme o puedes aprovechar un pequeño rincón, ¡depende de ti!
En las vitrinas o estanterías puedes colocar los vasos de vino, whisky y de cóctel. Te servirán como decoración y le darán ambiente a tu bar. Puedes completar el look con utensilios de coctelería y libros de recetas si buscas un look tropical, o con libros de enología e historia del vino si has optado por un wine bar más sobrio.
Para un toque vintage, te recomiendo de todas maneras un carrito con ruedas. ¡Son lo máximo! Muy útiles como mesa auxiliar, aunque también pueden ser un bar móvil para mover copas, posavasos, hieleras y botellas.
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