Aunque no lo parezca, el verano ya está en retirada. ¿Por qué? Es que se viene marzo, y eso significa que realmente comienza el año, ¿no les pasa? Los niños empiezan el colegio, uno vuelve renovado a trabajar y, mientras los días se van volviendo (un poco) más fríos, vamos viendo cómo aparecen las nuevas tendencias, tanto en moda como en interiorismo.
Y bueno, después de unas temporadas en las que ha reinado sin ningún atisbo de duda el estilo nórdico, este otoño se viene con todo el resurgimiento del minimal. Pero ojo, porque esta idea de reducir a lo esencial, que nació en los Estados Unidos durante la década de los ’60, seguramente no va a interpretarse en estos día de una forma tan purista.
Lo que sí es tendencia es mezclar y fusionar para crear espacios únicos y llenos de personalidad.
Todos estos cambios pueden empezar por un rincón pequeño y que, sin embargo, es esencial (sobre todo para quienes trabajamos desde casa): el escritorio.
Porque ya llevamos un tiempo viendo que no es necesario tener muchos metros, ni mucho menos dedicar una pieza completa a tu espacio de trabajo en casa.
Hoy, los escritorios más top son tremendamente sencillos: una cubierta de madera o vidrio y unas patas sin mucha estructura. Y nada más. Para el almacenamiento bastarán un par de cajones, porque lo ideal es aprovechar el muro para ordenar en vertical.
La silla es otro elemento fundamental. Ya saben que yo siempre prefiero las sillas de diseño, o las que, aunque no sean de autor, tengan personalidad y encanto. Diseño y comodidad, esa es siempre la clave.
Y aunque prefiero trabajar fuera de mi pieza y del living, me encanta la idea de instalar un pequeño escritorio en la habitación. Tal vez no para trabajar a diario, pero sí para anotar algunas ideas, escribir una carta si es que, como yo, son de los románticos que todavía usa el papel, o simplemente para hacer unas llamadas o repasar el maquillaje.
La tendencia minimalista en escritorios hace que hoy más nunca esto sea posible. ¿Qué te parece? ¿Te animas?
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