¿Quién dijo que los clásicos son aburridos o fomes? Seguramente fue alguien que asociaba “clásico” a viejo. No digo antiguo: digo viejo, ¡y no! A pesar de que los muebles y adornos clásicos conservan un fuerte vínculo con lo tradicional, también mantienen un aire de sobriedad y elegancia.
¿Qué podemos considerar como estilo clásico?
El clásico puro es un estilo inspirado en los ambientes palaciegos, de piezas de cielos altos, espacios amplios y grandes ventanales, muy recargadas, casi barrocas, y que recuerdan, sobre todo, a la Francia de María Antonieta o Luis XV.
Ahora bien, este look tan ostentoso puede resultar poco práctico o “aterrizable” en entornos más sencillos o con menos metros, como tu departamento o el mío… Por lo que se ha modernizado. Aunque suene a contradicción, ha refrescado su look, pero manteniendo sus bases, sus líneas clave y las podemos importar para que decorar con él no resulte aburrido.
Colores neutros con énfasis en burdeos y verde
Para conseguir un look clásico y no morir de aburrimiento es indispensable pensar con los 5 sentidos, para conseguir una atmósfera potente y envolvente.
Necesitarás crear varios focos de atención y conseguir un equilibrio entre ellos. Por eso, mi consejo es que partas por un escenario en tonos neutros. Ya sabes, la gama de los blancos y tierras, que son ideales para tus muros y cielos. Pero, si tienes la suerte de que tu piso sea de madera, te ayudarán además a potenciar la luz de cada una de las estancias.
Hay algunos colores que son sello del clasicismo. Lo mejor es que, en el último tiempo, han vuelto a primera línea de tendencia: el burdeo, el verde y el azul oscuro y el mostaza. Utilízalos para poner énfasis y conseguir volumen, y ¡no olvides los destellos dorados!
Un tip: los muros empapelados vuelven a ser un auténtico hit. Utiliza estampados atrevidos y recargados, ¡ahí ya tienes tu primer foco de atención!
Textiles pesados y variados
Esta temporada estás de suerte con la onda clásica, porque no sólo te acompaña la paleta de colores, ¡también los tejidos! El terciopelo, otro de los hits estos días, y también un must en un look clásico.
Aprovéchalo para cortinas, tapicerías o cojines, ¡se ve increíble! Sobre todo si mezclas varios colores. Puedes combinarlos con otros tejidos, en especial si son gruesos y un poco rígidos o, por el contrario, muy sofisticados, como la seda.
Recuerda que a los looks clásicos le gustan las cortinas pesadas, las frazadas gruesas y las alfombras maxi.
Muebles con personalidad
El clasicismo es una oda al mueble antiguo, de época. De aquellos de grandes dimensiones y formas curvas, que se preocupaban más por la estética más que por la funcionalidad. Hoy, sin embargo, no hace falta aplicar cómodas de pesados cajones o closets de puertas inmensas. Basta con encontrar inspiración en piezas que tengan ese espíritu: bordes redondeados, adornos en la madera o formas algo exuberantes, por ejemplo.
Prefiere maderas sólidas, como la de cerezo o la de haya, que le dan un gran empaque a los muebles y una personalidad irremplazable.
Indispensables en tu decoración
Olvídate del minimalismo. Un look clásico es radicalmente lo contrario.
En los ambientes clásicos los elementos compiten por el protagonismo, aunque ¡ojo!, porque es indispensable encontrar un equilibrio para que cada uno tenga su tiempo, y el resultado final no se sienta demasiado exagerado y ostentoso. Hay algunas piezas que son infalibles: las alfombras persas, las lámparas tipo chandelier, los candelabros de brazos, los butacones orejeros, los sofás tipo chéster y, por supuesto, el arte.
El clasicismo es equilibrio y simetría. Para conseguirlo, hazte con mesas auxiliares gemelas, una pareja de jarrones grandes, un par de lamparitas de mesa sobre un arrimo, dos butaquitas bajo una ventana… ¡Piensa en duplas!
El clásico puede mezclarse con las tendencias y derivar en estilos nuevos, como el Mid-Century; también fusionarse con otros estilos, como el rústico o el industrial… y mantener su elegancia atemporal y su aire sofisticado ¿te sumas o te van más los aires nórdicos?
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