Si son papás, probablemente algo han escuchado sobre la filosofía Montessori, este método italiano que busca educar a los niños según sus propios ritmos de crecimiento. Pero ¿sabías que hay formas de aplicar esta filosofía al dormitorio de los niños y crear una pieza Montessori?
Respetar sus derechos, entregar libertad para aprender y que fomente su autonomía no se limita al jardín infantil y los colegios, sino que se expande hasta dentro de la casa.
El objetivo es que el entorno se adapte al niño, y no al revés. ¿Te preguntas cómo? ¡Toma nota!
1. El espacio
Una característica principal de una pieza Montessori es el diseño limpio y sencillo. El espacio se tiene que aprovechar al máximo para que el niño se pueda mover, sin sobreestimularlo con cientos de juguetes ni muebles.
Lo importante es que quede lugar suficiente para que pueda jugar libremente.
2. La cama a ras del suelo
Un tema importante en esta filosofía es la autonomía de los niños. Por eso, que la cama esté a ras de suelo, o en una plataforma de baja altura, es imprescindible.
De esta manera, los niños podrán subir y bajar sin la necesidad de pedir ayuda a un adulto.
3. Todo al alcance de la mano
Siguiendo con la misma idea, todos los juguetes, libros y accesorios que el niño pueda necesitar deberían estar al alcance de su mano.
Para eso, es ideal usar algunos estantes o repisas bajos, donde los niños puedan guardar todas sus cosas.
Si quieres que se vea más ordenado, los canastos livianos siempre son bienvenidos.
4. Un espejo
Este es un elemento típico en las piezas Montessori: un espejo donde los niños se pueden mirar. Así, los niños podrán identificarse a sí mismos y reconocerse como seres individuales, distinto a sus padres.
Lo más fácil es usar un típico espejo de cuerpo entero, pero que se instala de forma horizontal, a la altura del suelo.
5. Cada cosa en su lugar
También es fundamental tener un lugar establecido para cada una de las cosas del dormitorio. Este factor transmite estabilidad, como también enseña la importancia del orden.
Esta meta es fácilmente alcanzable con canastos y cajas, donde los niños podrán separar y guardar sus juguetes, ropa y materiales para sus manualidades.
6. Un suelo cómodo
Si la idea es que los niños puedan moverse libremente por la pieza, lo ideal es que ésta tenga una alfombra. Esto les permitirá caminar sin zapatos, como también amortiguar un poco las caídas.
7. El toque final
Algunas láminas con ilustraciones puestas, ojalá a una altura en que los niños las puedan disfrutar, son un gran detalle, porque sirven para estimular su imaginación.
Al mismo tiempo, aprovecha el espacio para instalar el arte de tus niños en un muro galería.
¿Qué te parecen estas ideas? ¿Te animas a darle un toque Montessori a la pieza de tus hijos?
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