Hay guaguas que duermen como reloj desde el primer día y otras que… no tanto. Por eso, siempre es bueno tener a mano algunos consejos para que esos primeros meses de adaptación sean más llevaderos. Y es que, si la guagua duerme bien, ¡el resto también!
Acá les compartimos los mejores, para que pongan en práctica:
1. Compartir la pieza
Durante los primeros meses, lo mejor para lograr conciliar el sueño es compartir la pieza. Así, estarás mucho más atenta cada vez que se despierte, y si tiene hambre, te vas a dar cuenta antes que empiece a llorar sin parar. Y es si decides usar una cuna de colecho, mejor aún, porque con solo estirar los brazos tendrás a tu hijo a tu lado. De hecho, muchas mamás que deciden colechar, dicen que ni siquiera recuerdan cuántas veces despertó la guagua en la noche, y se supone que también ayuda a regular el horario.
2. Un ambiente tranquilo
Desde que son muy chicos, lo ideal es ir marcando bien el día y la noche, dejando claro que cuando se pone el sol, es hora de dormir. Por eso, es bueno crear un ambiente relajado: puede ser con luz baja, música suave, y hasta algunos masajes (si vas a usar aceites ojo con posibles alergias)… Todo para que entienda que es hora de dormir. Por supuesto, es esencial evitar estímulos como la televisión, teléfono o computador.
3. Oscuridad total
Algo que no puedes dejar de lado son las cortinas: además de aislar del frío y del ruido, ayudan a lograr la oscuridad total, que sirve para conciliar el sueño más fácilmente. Unas con blackout son una gran inversión, y probablemente te ayudarán a ti también a dormir mejor.
4. Un baño relajante
Y si hablamos de preparar el ambiente, un baño relajante es una excelente opción. Para la mayoría de las guaguas, una tina con agua tibia es una experiencia que los deja completamente entregados a los brazos de Morfeo… Ahora, si tu hijo se acelera mucho, es mejor dejar esta rutina para la mañana.
5. La temperatura perfecta
Otra cosa que hay que tener en cuenta es la temperatura: muchas veces a los bebés les cuesta dormir, o despiertan mucho durante la noche, porque tienen frío o calor. Recuerda no sobrearroparlos, y tampoco dejarlos demasiado destapados… Encontrar el punto medio es la solución. Para esto es bueno que tengas en consideración que los bebés necesitan solo una capa de ropa más que los adultos y si todavía no te convence, confírmalo tocando sus manos, piés y frente, para ver que se encuentren a una temperatura normal (ni fríos ni calientes).
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