Extensos viñedos, olivos, huertos y plantaciones de lavanda bañados por el mar Mediterráneo son el marco de casonas rústicas, de muros gruesos de piedra, vigas de madera y patios que invitan al relajo y a compartir un buen vino. Esa es la imagen de la Provence, una antigua región del sur de Francia, que tiene tanta personalidad que se ha convertido, incluso, en una tendencia decorativa.
En la decoración provenzal la naturaleza es protagonista indiscutible. Tanto, que los interiores se antojan como una inevitable prolongación de patios y terrazas llenos de luz, una de las claves de este estilo.
Los espacios -abiertos, amplios y despejados- se hacen funcionales y, aunque se prefieren los muebles robustos y de gran tamaño, siempre son de líneas sencillas y materiales naturales, que recuerdan a los aires rústicos y auténticos, pero con un toque más refinado.
Son muy habituales las vitrinas, las estanterías con muchas repisas y los mesones, grandes y pesados. Casi siempre luciendo una madera poco tratada, aunque si se presentan pintados es con un efecto bien característico de este estilo: el decapado o desgastado, para lograr un efecto decadente y dar personalidad a los muebles.
Esta técnica es perfecta para recuperar y reavivar muebles antiguos y, lo mejor, es muy fácil de conseguir. ¡Lo puedes hacer tú mismo!
Seguro que ya te has imaginado que el color base es el blanco, en todas sus versiones. Y para las combinaciones, acepta toda la gama de los tierra, grises naturales y también de los pasteles y empolvados, como los rosas, verdes, azules y, sobre todo, lilas, que recuerdan a la planta fundamental: la lavanda.
Las plantas también tienen un rol decorativo importante en el look provenzal, pero ¡ojo! porque lejos de las frondosas palmeras o los exóticos cactus, los aires provenzales prefieres árboles frutales en los patios y las hierbas aromáticas, como la albahaca, el cilantro o el romero para decorar interiores y exteriores.
Y como en Provence los días son de relajo y sol, los espacios de reunión preferidos son la cocina y los patios o terrazas, en vez del living.
Los jardines, porches y terrazas están siempre habilitados para recibir invitados, con mesas y sillas de forja y madera, que se visten con manteles de tejidos ligeros, como el algodón o el lino, así como vajillas coloridas de greda pintada, jarras de vidrio y cestos con frutas y hierbas.
Para completar el look son indispensables los complementos. El toque definitivo para conseguir un aire provenzal son las piezas vintage, esos pequeños tesoros en forma de mantel bordado, tazas de porcelana pintada, jarrones de vidrio o piezas de loza desparejada… Combínalos con cestos y bandejas de mimbre.
Y si resulta complicado encontrar departamentos de techos altos, vigas de madera a la vista y espacios amplios, no significa que nos tengamos que resignar. Solo hay que seguir las líneas básicas para conseguir el efecto: materiales naturales, textiles ligeros, colores claros, un toque romántico de lavanda o flores frescas y… ¡voilá! ¡Ya tienes un trocito de Francia en tu casa!
Comentarios