Me encanta integrar fotografías en la decoración de casa. Creo que es la forma más genuina de personalizarla, de hacerla realmente tuya, y es que las personas y momentos que aparecen en cada una representan una parte de tu vida, tanto como para que hayan merecido ser capturados para la posteridad.
Ahora bien, aunque hay muchos momentos que valen una fotografía, me atrevo a decir que no hay tantos que merezcan ser puestos en un marco de fotos para exhibición. Y esto va más allá de su trascendencia o valor emocional, el tema aquí es que cuando elegimos fotos para decorar, el factor emocional es importante, pero no el único a considerar.
Éste es un tema sensible, porque intervienen también conceptos subjetivos, comola estética, el pudor y la idoneidad. Así que las líneas que dejo a continuación son mis claves personales y mis propias líneas guía.
¿Cómo seleccionamos una foto para incluir en la decoración?
Me pasa que, cuando entro en casa ajena, me llama por igual la atención aquellos que no tienen ninguna foto, como quienes tienen toda una exhibición de marcos por toda la casa.
Así que el primer tip es la mesura. Que, como siempre, depende del tamaño de la casa y del tipo de decoración que se haya elegido para cada pieza.
Creo que lo fundamental para elegir las fotos es considerar en qué pieza se van a integrar, a qué tamaño las vamos a imprimir y sobre todo quién las va a ver. Por ejemplo, ¿a quién le gusta tener un retrato de su abuelita en el baño? Seguramente no a muchas personas… Y aunque el baño es un ejemplo bastante obvio, ese mismo patrón de pudor y respeto se puede aplicar en las otras piezas de la casa.
Un tipo de foto para cada pieza
La mayoría de nosotros tiene sus fotos en el living, sin duda el spot más transitado de la casa, en el que recibimos a las visitas y nos relajamos o trabajamos.
Por eso, las fotos que elijamos deben ser fáciles de ver y de entender. En lo posible, busquemos tomas más artísticas y evitemos las fotos de grupos grandes; también los tamaños pequeño de impresión. Mis favoritas para este espacio son los retratos, con máximo 3 personas en la toma, y en tamaño mínimo de 13×18 (que para mí es el ideal). La escena puede ser de un viaje o de un momento especial, pero en la que ojalá no andemos en bikini o con gorros de viejito pascuero, por ejemplo. Y es que creo que estas fotografías, como son las más expuestas, deben ser atemporales.
Este tipo de fotos pueden estar en nuestro dormitorio, un espacio mucho más personal y menos transitado. Aquí encajan los formatos pequeños, para el velador, o los más grandes para los muros y sobre las cómodas.
En los pasillos y recibidores quedan perfecto las composiciones con las fotos de la familia: viajes, eventos, tomas oficiales del colegio y fiestas familiares como la navidad. Igual insisto en el número de personas por foto: cuantas más personas, más grande debe ser, para que se alcance a comprender el detalle y a cada uno de los que aparecen retratados.
Las fotos de grupos o de fiestas nocturnas, esas que están un poco movidas pero que igual nos gustan, o las que tienen colores extraños pero nos traen buenos recuerdos, encajan mejor en piezas de trabajo o de diversión. Nos ayudarán a soltar y des-estresar; también a perseguir un objetivo, que puede ser repetir un viaje o alcanzar una meta en el trabajo.
Los detalles que, como siempre, importan
Hay dos detalles que algunas personas pasan por alto, y que sin embargo para mí son esenciales:
Los marcos vacíos
A veces ocurre que compramos un marco de foto porque nos encanta, pero al llegar a la casa no tenemos una foto que se ajuste por tamaño, o queremos imprimir una de nuestras últimas vacaciones y lo vamos dejando pasar… Así que el marco queda ahí, con el papelito que indica el tamaño y la marca, en el mejor de los casos con la imagen de una modelo y en el peor con el sticker del precio pegado en el vidrio.
Esto es mucho más habitual de lo que parece, pero créanme, la sensación es desoladora. Así que si aún no tienen seleccionada la foto ideal, guarden el marco hasta que la tengan. O mejor aún, simplemente, ¡impriman la foto!
No viene mal un cambio
A veces, por evitar la situación anterior, usamos cualquier foto y ahí queda, para la eternidad. Incluso si no es así, y eligieron con cariño la foto que aparece en su marco, está bien renovarlas de vez en cuando.
Poner fotos nuevas es una forma perfecta para darle un nuevo look a los espacios de la casa así que urge perderle miedo al cambio.
¿Cómo eliges tus fotos para decorar la casa?
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