¿Te gusta decorar con alma y sin seguir reglas rígidas? Entonces te va a gustar una de las tendencias más auténticas del momento: el desorden intencional o Cluttercore. Una estética que celebra lo imperfecto y personal, ideal para crear espacios únicos, acogedores y llenos de historia.
No se trata de que reine el caos, sino de lograr un equilibrio entre espontaneidad y estética, donde cada elemento parece haber sido puesto de forma natural… pero todo está cuidadosamente pensado.
Así que si te consideras coleccionista o amante de las piezas vintage, el Cluttercore puede ser tu estilo ideal. Y en este post te enseñamos cómo lograrlo, mezclando colores y texturas de forma creativa, espontánea… y muy cuidada.

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¿Qué es el Cluttercore o desorden intencional?
En contraposición a la estética minimalista, limpia y homogénea que durante años dominó las redes sociales, han resurgido con fuerza tendencias como el maximalismo, el grandmillennial, el cottagecore y el cluttercore o desorden intencional.
Esa última corriente decorativa celebra el exceso con sentido, poniendo en valor los objetos personales, recuerdos, reliquias familiares y colecciones que cuenten la historia e identidad de quienes habitan los espacios.
El Cluttercore no busca llenar espacios, sino dotarlos de alma. Gira en torno a la selección cuidadosa de piezas con significado emocional, integrándolas como parte del relato del hogar.
Este estilo se basa en la autenticidad y la nostalgia, cuya clave está en diseñar con propósito: cada pieza debe tener un porqué.
El resultado es un interior ecléctico y armonioso, profundamente humano, que convierte los espacios de la casa en un hogar genuino y acogedor.

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¿Quieres saber cómo decorar con la tendencia Cluttercore o desorden intencional? Revisa y toma nota de estos 5 tips para aplicarla en tus espacios:
1. Mezcla estilos sin miedo
El desorden intencional o Cluttercore permite que convivan distintos estilos: una mesa rústica con un sofá moderno, una lámpara vintage junto a arte contemporáneo. Lo importante es que haya una conexión emocional entre las piezas, aunque provengan de mundos distintos.
Elige una paleta de color base (pueden ser tonos tierra, neutros o apagados) para que no compita con los muebles y decoraciones, y a partir de ahí suma piezas que tengan un significado para ti.
Pueden ser cuadros con ilustraciones o arte de un mismo estilo, jarros y floreros de tonos neutros o vidrio, recuerdos de viajes llenos de color y encanto, y muchas plantas que entregen vida y frescura.
Deja espacios libres para generar ciertos vacíos, y que los objetos que vayas a seleccionar cobren la importancia que mercen.

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2. Textiles en capas y sin simetría
Olvida los cojines perfectamente alineados y las mantas dobladas con precisión quirúrgica. En esta tendencia, los textiles se disponen en capas, con pliegues suaves, con cierto descuido buscado. ¡Esto es lo que da calidez y vida a esta tendencia!
Atrévete a jugar con cojines de distintos tamaños, colores y estampados, mantas que caen de forma relajada sobre el sofá y alfombras superpuestas que aporten textura.
Trata de mantener una paleta cromática para no saturar el espacio, con sólo algunos acentos de color.

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3. Arte y decoración sin reglas
Cuadros de diferentes tamaños y marcos colgados a distintas alturas, láminas apoyadas en el suelo o sobre muebles, figuras decorativas que no siguen una línea curada… todo vale en el Cluttercore, mientras respete tu estilo personal.
Prioriza los objetos sentimentales de los que no podrías prescindir, pero también sé capaz de deshacerte de aquello que no encaje en tu visión general del espacio o no recuerdes por qué los conservaste.
Una vez que hayas reducido tu colección a los objetos que realmente amas, es hora de encontrar el lugar perfecto para exhibirlos sin que compitan entre ellos.
Crea pequeños puntos focales usando elementos que contrasten o se complementen por color o forma, incluso puedes poner una lámpara junto a ellos para darles aún más atención.
No necesitas llenar todas las paredes, pero sí dejar que el arte respire y sorprenda. Trata tu casa como si fuera un museo.

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4. Muebles con aire relajado
Para sumarte a la tendencia del desorden intencional, opta por muebles que no se vean rígidos ni excesivamente planificados. Un sofá mullido, una poltrona heredada o de algún mercado vintage, una mesa de centro rústica... todo suma.
Piensa en piezas que inviten a sentarse, relajarse y quedarse. La comodidad manda, y el resultado se siente más auténtico cuando no todo combina perfecto, sino que convive con naturalidad.
Para objetos interesantes, las estanterías abiertas, las vitrinas y buffets son una gran opción. Pero si las repisas inferiores están repletas de objetos, mantén las superiores más abiertas y alineadas.

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5. Detalles que cuenten quién eres
Libros abiertos sobre la mesa, una taza de té o café sobre una pila de revistas, un juego de ajedrez en la mesa de centro para una partida improvisada, una planta con ramas que se desbordan… El desorden intencionado se trata también de capturar escenas de la vida cotidiana.
No intentes esconder todo: una cierta dosis de cotidianeidad bien integrada da personalidad a tus espacios. Eso sí, mantén los objetos agrupados o sobre bandejas para que el caos no se vuelva abrumador.

La tendencia Cluttercore nos recuerda que los espacios con alma no son perfectos, sino auténticos, vividos y funcionales. Decora tu casa como si contaras una historia, mezclando lo que te gusta sin preocuparte tanto por las reglas.
Rodéate de objetos que te recuerden tus viajes, aficiones o tu personalidad ¿Te animas a probar este estilo?
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