Cómo iluminar el dormitorio de los niños

Si siempre nos preocupamos de elegir la cuna o la cama perfecta, el mudador ideal y los detalles que harán de la pieza de los niños ese lugar especial, por lo mismo, cuando hablamos de iluminación, ¡no podemos desteñir! Es que da lo mismo la edad: desde un recién nacido, hasta un pre-adolescente, todos necesitan un espacio correctamente iluminado, donde puedan dar rienda suelta a su imaginación.

Y cuando decimos un espacio correctamente iluminado, no nos referimos a una ampolleta súper potente que llegue a cada rincón en todo momento, sino a esa iluminación bien pensada, que permite iluminar lo justo y necesario.

Por eso, el primer paso es definir bien qué usos tendrá la pieza de los niños, para tener uno o varios puntos de luz, dependiendo de la ocasión.

Acá, nuestros mejores consejos:

1. Aprovecha al máximo la luz natural

Por supuesto, la luz de día es siempre la mejor opción. Por eso, aprovéchala bien. Si tu hijo tiene un escritorio para estudiar, trata de ponerlo cerca de la ventana, así podrá estudiar aprovechando toda la luz natural.

2. Luz general

En todas las piezas de niños, debería haber una luz de techo que entregue una iluminación más general. Lo ideal es que además tenga dimmer, para que puedas regular su intensidad.

3. Luces puntuales

Y como ya les decíamos antes, lo más importante es definir todos los usos que tendrá la pieza, porque así es más fácil iluminar. Sobre el escritorio, una lámpara siempre es un buen estímulo para estudiar. Y si a tu hijo le gusta leer, o si siempre le lees un cuento antes de dormir, procura tener una lámpara junto a su cama o cuna, que les dé una iluminación más directa a la hora de disfrutar de un buen libro.

4. El clásico espanta cuco

Para los niños más chicos, que muchas veces no se quieren quedar completamente a oscuras, lo mejor es tener un “espanta cucos”, como se les conoce popularmente. Es decir, una luz muy tenue, que no interrumpa su sueño, pero que los ayude a sentirse más seguros. Para estar más a la moda, una súper buena opción son las guirnaldas de luces. Se pueden poner en un rincón, en el respaldo de la cama, incluso adentro de un frasco, para convertirlas casi en una lámpara más.

Por último, algunos consejos de seguridad.

• Preocúpate de que los cables y enchufes no queden a su alcance.
• Lo que sí debería estar a su alcance, es el interruptor. Poder prender y apagar la luz a su antojo, les sirve para desarrollar la autonomía.
• Preocúpate de usar ampolletas de ahorro de energía, que no se calientan y por lo tanto sean mucho más seguras.

Con esto en mente, ¡ya están listos para iluminar como un profesional!