Salir de casa de los papás es un momento muy importante en la vida. Para muchos simboliza el principio de la etapa adulta y no importa la edad a la que ocurra, siempre está lleno de emociones y cambios; no sólo para quien se va, sino también para quien se queda.
Retomar aficiones y hacer cambios
Los expertos le han puesto un nombre a ese sentimiento de soledad y tristeza que algunos padres tienen cuando sus hijos emprenden el vuelo: «síndrome del nido vacío», el cual es mucho más común de lo que crees.
Pero ¡cuidado! No es una enfermedad, ni tampoco el fin del mundo. Hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudarlos a pasar el trago. Por ejemplo, empezar nuevas aficiones o retomar antiguos pasatiempos; otra buena idea es también atreverse a hacer algunos cambios en casa.
¿Recuerdas cuando nacieron tus hijos? Tal vez te fuiste a un departamento más grande, quizás desmontaste tu escritorio o adaptaste la pieza de invitados. Seguramente el living, tu dormitorio y hasta la cocina cambiaron. Piensa que este es el momento perfecto para volver a ponerle a tu casa tu sello personal. No se trata de echar a tus hijos quitándoles su espacio, sino de reubicarte para sentirte a gusto.
Paso 1: El living
Empecemos con las zonas comunes. Por ejemplo, en el living puede ser el momento de atreverte con algún mueble más moderno o un nuevo color en los muros. Intenta que sean colores claros que te aporten más luz y una mayor sensación de espacio.
Si estás un poco triste, los colores más oscuros o muy pesados, como el negro o el café, serán de poca ayuda. También puedes cambiar el sofá y elegir uno que sea menos “de batalla”. Si no te habías atrevido a poner uno blanco por miedo a las manchas, ¡este es tu momento!
Después puedes vestir tu sofá con los cojines que más te gusten para darle un poco de color.
Paso 2: El dormitorio principal
Si tienes pareja, ahora es cuando se van a volver a encontrar juntos en un ambiente más íntimo y relajante. Durante todos estos años, seguro que estuvieron volcados en los hijos, siendo ellos la prioridad, y ahora es un gran momento para reencontrarse como pareja.
Para esto, una genial idea es renovar el dormitorio, lo que además puede ser muy entretenido. ¿Tal vez sea el momento para una cama nueva?
De todas maneras, si a la que tienen todavía le quedan unos años de vida útil, pueden optar por un comprar un calentito plumón para el invierno con colores distintos, y combinarlo con unos suaves almohadones. Este cambio, que es sencillo y rápido, seguro será el más notorio, porque la cama es el elemento principal de la pieza.
También puedes pintar los muros y, para dar el toque definitivo, renovar el cabecero y los veladores. ¡Atrévete a innovar! Es una de las claves para que puedan superar definitivamente el síndrome de nido vacío.
Paso 3: La pieza de tu hija o hijo
Los expertos dicen que hay que evitar crear santuarios. Es decir, aunque no quieras cambiarle la función al dormitorio de tu hijo, para convertirlo, por ejemplo, en un escritorio o en un taller, la pieza debería seguir teniendo tránsito y vida.
Retira los objetos de uso cotidiano, como cuadernos, lápices, papeles o juguetes de encima de las mesas y guárdalos para que éstas puedan servir para otra cosa, o al menos, para que cuando alguien entre dé la sensación de que todo está ordenado y despejado.
Si tus hijos al irse te han dejado el clóset vacío, ¡aprovéchalo! Déjale un espacio a tus hijos para cuando vengan de visita, pero no des todo el espacio por perdido. En las casas siempre falta lugar para guardar cosas y mantener ordenado, y seguro que no les viene mal un nuevo rincón para guardar la ropa de cama, las toallas o los abrigos.
Si vas a desmontar la pieza para utilizarla con otra función, habla con tus hijos. Negocia con ellos qué cosas se quedan y qué cosas se van, y ojalá consigas que te ayuden aportando ideas y colaboren a renovar el espacio.
Si sienten que te están ayudando a avanzar, seguro que ellos también se van más tranquilos. Sin embargo, también es bueno que sigan teniendo ganas de volver a casa; por eso, ayudará que sepan que de todas maneras van a estar cómodos cuando vengan a verte.
Sería bueno que conserves una cama y un lugar para que coloquen sus cosas, así como fotos de ellos (y con ellos), así como otros recuerdos de familia.
La cama podría ser un futón moderno y cómodo. Si prefieres una cama tradicional, puedes comprarle una funda para que tenga también una función de sofá, y también otra opción puede ser comprarte una cama nido. ¿Qué tal esta idea tan funcional y entretenida?
Para el resto de la pieza, ¡deja volar tu imaginación! Puedes montar un salón de invierno, un pequeño taller de manualidades, un rincón de trabajo o una pieza para hacer o escuchar música.
Un tip es que, después de elegir la temática, empieces la renovación pintando las paredes. Eso sí, no tomes grandes decisiones inmediatamente. Piénsalo y apóyate en tu pareja y en tus hijos, ya que este es un momento ideal para redescubrir el potencial de tu casa y el tuyo propio, así es que… ¡atrévete!
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