Cuando pienso en un sofá de cuero oscuro inmediatamente se me viene a la mente un chéster de los clásicos, con su estructura sólida y su capitoné. Tal vez sea uno de los sofás más icónicos y, para mí, uno de esos muebles que quiero tener sí o sí “cuando sea mayor”. Si has tenido la suerte de heredar uno o te ha entrado el ataque de amor por lo clásico y te lo has comprado, seguro que quieres darle protagonismo. No es un sofá cualquiera. Es una estrella decorativa, un foco natural de atención, por eso se merece un spot parecido a este:
Aunque este planteamiento (y un chéster) no son la única opción si es que quieres/tienes un sofá de cuero color chocolate. Y lo cierto es que, por mucho que te guste la idea, a veces resulta un tanto complejo integrarlo, principalmente por dos factores: el color y el material. Ninguno de los dos son fáciles en decoración, y menos en dosis tan altas. Pero es que además, la suma de ambos resulta en un mueble que lo tiene todo: ocupa mucho visualmente, se siente muy pesado, brilla un poco (o mucho, dependiendo del tipo de cuero) y además trae ciertos aires antiguos. O sea, a priori no resulta muy atractivo. PERO (así, en mayúsculas, porque es un “pero” muy grande), los valientes que se atreven con un sofá de cuero marrón tienen un caballo ganador, un diamante en bruto, un as en la manga.
¿No te convences aún? Aquí tienes algunas aplicaciones que son todo un hit:
Clásico infalible
Empecemos por lo clásico y básico: acompaña tu sofá con una gama de colores naturales y limpios, como los marrones, tierra, ocres, amarillos y verdes. El contraste con el color chocolate será perfecto y armonioso. Nada llamativo, pero a la vez con personalidad.
Original
Si subimos un poco el tono porque eres más atrevido, puedes enfatizar tu sofá ayudándote con el color del muro que tendrá detrás. Una idea interesante es el degradado: empieza con el tono más oscuro en la parte de abajo y ve aclarándolo hacia el techo. Te dará luminosidad y énfasis. La versión más sencilla de esta idea es la tendencia half-painted.
¿Quieres darle un toque aún más dramático? Atrévete con un muro oscuro, en un tono sólido. Eso sí, asegúrate de que la pieza reciba suficiente luz o de darle luminosidad con algún truco.
Línea rústica
Lo que hace complicado a un sofá de estas características es, tal vez, lo que lo convierte en un elemento perfecto para las decoraciones de aires rústicos, o que pretenden evocar a la naturaleza.
Si lo acompañas con maderas, tejidos de fibras naturales y plantas, el resultado es fabuloso. Aquí tienes tres corrientes rústicas que son tendencia y en las que estos sofás son casi indispensables:
Con estilo étnico
Un ambiente kinfolk
Decoración estilo boho
El enfoque industrial
Claro que si hablamos de tendencia y de looks en los que un sofá de cuero marrón no puede faltar, hay que destacar el look industrial y su versión más contemporánea: el Green Studio.
Y es que el ladrillo, el hormigón, los engranajes, las maderas de demolición y los metales realzan estos sofás de aspecto vintage, que combinan perfectamente con los tonos crudos.
Integrado en color blanco
Otra alternativa que me encanta es el contraste con blanco. Los espacios en los que predominan los colores claros se suelen ver bastante minimalistas, así es que incorporar un sofá de cuero marrón romperá la monotonía cromática. Como resultado tendrás un espacio equilibrado, que puedes rematar con una silla de diseño, como una butterfly o una diamante.
Chic, estilo y elegancia
Y ¿quién dijo que un sofá de cuero oscuro no puede ser elegante y chic? Solo necesitas algunos toques metalizados (ojalá dorados o cobrizos), unos textiles con print animal y unas flores frescas. Y claro, no te puede faltar un elemento un poco más barroco y recargado, como un espejo o un chandelier.
¿Te animas ya a incorporar un sofá de cuero en tu decoración?
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