Seguimos con nuestra serie de posts, y cuando decides que sí, que te casas, por mucho tiempo que tengas por delante, hay 3 decisiones que vas a tener que tomar enseguida, y que, además, van a definir todo el resto (incluido el vestido):
- La fecha.
- Si tu matri va a ser religioso o no.
- El lugar en donde lo quieres celebrar.
Estas tres decisiones además están interconectadas, porque es probable que te encuentres con que el día que tú quieres la iglesia ésta no está disponible, o que la fecha en la que cuadra el lugar y la sinagoga no te viene bien para que puedan asistir tus invitados.
Así, mi primer consejo es que tomes estas tres decisiones de una y cuanto antes. Y que establezcas cuál de ellas es prioritaria si es que, llegado el momento, no hay forma de acomodar las tres.
En mi caso, por ejemplo, tenía muy claro dónde quería celebrar mi matri, así que el lugar era mi prioridad. Me gustaba el mes de septiembre y había una iglesia que tenía un cierto simbolismo para nosotros. Y conseguí coordinar las tres… eso sí, el cura tuvo que hacerme un favor y encajarme en una hora poco habitual: ¡las cinco de la tarde! No era lo ideal, pero fue mi concesión para conseguir alinear lo demás.
El lugar que decidas es tremendamente importante, porque se va a convertir en el marco y escenario de tu gran día. Por eso, conviene fijarse en varios aspectos:
La distancia
La mayoría de los invitados suelen estar dispuestos a ir donde sea para celebrar a los novios. Pero es cierto que si decides casarte muy lejos, o hay mucha distancia entre el lugar de la ceremonia y el de la celebración, los tiempos se desequilibran y el mood del matri se ralentiza un poco.
Así que te recomiendo que, si puedes, busques que la ceremonia y la celebración estén cerca o en el mismo sitio (esto es mucho más sencillo cuando la ceremonia es civil).
Los espacios
Fíjate bien en los espacios que ofrece el lugar de celebraciones. A mí me gusta la idea de hacer una recepción o un cóctel al aire libre, y después entrar a comer en un lugar con techo, como una carpa o un salón. Después el baile puede ser en un tercer spot, o en alguno de los anteriores. Es una cosa mía, pero siento que cambiar de escenario hace que tus invitados no se aburran y se mantengan alerta para las sorpresas.
Las posibilidades decorativas
Estos espacios también te van a ayudar a decidir qué decoración puedes instalar. Si tienes exteriores, poténcialos: las flores, el pasto y los árboles son elementos increíbles, a los que puedes sacar un tremendo partido: cuelga algunas velitas de las ramas, instala unos cestos con flores salvajes o atrévete con unas antorchas para cuando empiece a caer el sol. Todo depende de tu estilo y de la onda que le quieras dar a la boda, pero en cualquiera caso, los exteriores siempre son un acierto.
En interiores, aunque probablemente te ayude el catering a decorar, intenta orientarles para que el salón hable de ustedes. Cada vez son más las parejas que opinan sobre qué flores quieren, qué tipo de arreglos prefieren y, sobre todo, qué cosas NO les gustan para decorar. Elige un lugar que tenga rincones significativos que puedas personalizar.
Las luces, la música, los olores… todo es importante y en conjunto conforman el tono y el estilo de tu matri. Seguramente tus invitados no van a recordar cada detalle, pero sí lo que han sentido con la suma de todos ellos. Así que, a la hora de elegir el lugar, fíjate en que en él puedas construir lo que siempre has soñado.
No sé si te ha ocurrido, pero me pasa que, cuando ando buscando un departamento para arrendar, en seguida siento al entrar si podría vivir ahí o no. Ese sentimiento es el mismo cuando buscas el lugar para celebrar tu matri… y ya de paso, el mismo que cuando te prueban el vestido. Es una sensación, algo interno que te dice: sí, es aquí, esto es lo que buscaba.
Así que te invito a prestar mucha atención a lo que sientes la próxima vez que vayas a ver alguno de ellos y así puedas elegir uno perfecto para ti.
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