Hay elementos que son capaces de trascender, de sobrevivir al paso del tiempo y las modas. Algunos, incluso, de seguir marcando tendencias y conseguir que, a pesar de todo lo que ya está visto e inventado, sigamos considerándolos básicos e indispensables.
Uno de esos todoterreno es un material que es bien humilde y discreto: el mimbre.
Desde tiempos inmemoriales trenzamos mimbre para fabricar objetos con múltiples aplicaciones en casa y, especialmente, en el campo. Desde los antiguos egipcios, pasando por los artesanos de la Edad Media y hasta nuestros días, el mimbre se ha cultivado y secado para hacer esterillas, canastos, herramientas y, por supuesto, muebles como la silla Beatriz.
Es fácil confundirlo con el ratán, una fibra que también es natural pero que resulta mucho menos flexible. La principal diferencia entre ambos es su origen: el ratán procede de una palmera trepadora oriental, mientras que el mimbre se obtiene de un arbusto, que crece sobre todo en Chile, aunque también en otras partes de América y Europa.
Son, sin embargo, materiales complementarios, por eso suelen combinarse, especialmente en muebles para los que se aprovecha la dureza y resistencia del ratán en la estructura, y la flexibilidad y maleabilidad del mimbre en los acabados.
El mimbre es un clásico en terrazas y jardines, aunque también es ideal para decoraciones interiores, especialmente si buscas un look rural y mediterráneo, o quieres darle a alguno de tus espacios un aire provenzal.
Cuidados
Tanto en interiores como en exteriores, recuerda que el mimbre, al ser un material 100% natural, requiere algunos cuidados.
Asegúrate de elegir para estos muebles un lugar bien ventilado y, si están en exteriores mantenlos alejados de la luz solar directa, ya que podrían perder su lustre. Evita también que se mojen, pues si no se secan correctamente se deteriorarán muy rápido.
Lo clásico de lo clásico
Sillas y butacas
Cestos y canastos (incluidos los de picnic)
La tendencia
El mimbre pintado se siente fresco y ligero, espacialmente en colores claros, como el blanco.
Si te cansas de tus muebles y cestos de mimbre ¡dales color! Con una mano de pintura será suficiente para renovarlos y darles una nueva vida.
¿Te atreves con este clásico, en su versión renovada?
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