Es inevitable, cuando cambia el tiempo, también cambiamos nosotros: la ropa, los zapatos, los complementos y hasta la decoración de la casa. Aunque algunos elementos (obviamente) permanezcan, poco a poco empezamos a incorporar algunos nuevos que nos ayudan a pasar el frío y los días grises. Una frazadita, una alfombra más densa, unos cojines de lana… Cada uno a su manera y respetando su estilo, adapta su cuevita para el invierno. Hoy te traigo 10 dormitorios que encontré y me flecharon de inmediato. ¡Hay para todos los gustos!
Aires mediterráneos
Los colores tierra sobre fondo blanco y las fibras naturales son perfectos para las estaciones de transición como primavera y otoño. Con unas frazadas no muy densas y muchos cojines consigues el look otoñal perfecto.
Girly greenery
Sencillo, pero a la vez lleno de detalles inspiradores. Me encanta el muro en colores degradados que ilumina toda la pieza. También las dos maxi plantas que le dan ese toque greenery tan chic.
Blanco nuclear
Neutro, limpio y despejado. Perfecto para una pareja que ame el minimalismo y quiera apostar por el nórdico más puro.
Obsesión Hygge
El nórdico un poco más contemporáneo se llama Hygge, que significa en danés estar presente y reconocer un momento dulce, especial y agradable. Quién se puede resistir en un dormitorio así, en puros grises y pastel?
El viajero
Como quien pasa por casa solo de forma puntual… Un fotomural con el mapa del mundo para soñar con el próximo destino, el colchón en el suelo y unas cajas a modo de velador.
La cama escondida
Parece un living y sin embargo es una pieza-estudio! Lindo, cierto? Con los futones y sofa-cama consigues ese efecto dual tan útil y apetecido en deptos con pocos metros.
Hello chic
¡Qué vivan los contrastes y los colores vivos! Que se vaya el calor no significa que se vaya la alegría. En esta pieza todos los elementos son un hit, desde los jarrones tipo origami hasta los cojines y almohadones de distintos colores y tamaños, pasando por la guirnalda de pompones.
Boho rústico
Una mezcla perfecta, una combinación atrevida. Lo étnico, lo boho, lo tropical y lo rústico pueden convivir, y éste es el mejor ejemplo. Porque ¿quién dijo que un cabecero de palmeras no pega con un cactus y con una alfombra peluda?
El rincón del artista
Los colchones en el suelo (o sobre bases muy bajas) se vienen con todo. Le dan a una pieza un aire bien bohemio y artístico, como de cuidado descuido. De esta pieza me cautivaron los libros, como elementos decorativos principales, así como las plantas, de nuevo grandes protagonistas.
Cálido y étnico
Un guiño a las culturas orientales: la mano hindi, el estampado mandala, el espejo curvilíneo y el cabecero de madera natural labrada que recuerdan a los cuentos de las mil y una noches. Magia pura para una pieza de ensueño.
Comentarios