El rosa es un color cargado de simbolismo y lleno de connotaciones, en su mayoría positivas. Y es que, aunque para algunos es un color un tanto cursi, lo cierto es que goza de la fuerza del rojo y la neutralidad del blanco, los colores que lo componen. Tal vez por eso se percibe como equilibrado, aunque también ambivalente, pues sus características y virtudes varían según su intensidad.
Su nombre proviene de la flor y, según la mitología greco-romana, el rosa fue visto por primera vez en la sonrisa que cupido esbozó al ver nacer a la Venus. Tal vez esta leyenda sea el origen de la atribución romántica y femenina del color, que también se asocia a lo sereno y lo dulce.
Es un color positivo, por algo se dice que, cuando las cosas van bien,»ves la vida de color de rosa». Esa buena energía que transmite es una de las razones por las que en interiorismo y decoración siempre ha funcionado (y funcionará) bien el rosa.
El año pasado lo vimos con mayor insistencia gracias al protagonismo del rosa cuarzo, uno de los colores del 2016. Y tan fuerte caló que, aún hoy, sigue muy presente, sobre todo en detalles de looks con inspiración nórdica.
¿Dónde lo uso?
En toda su paleta, el rosa es un color de acento perfecto en decoraciones de todo tipo.
La gama más suave, donde encontramos los rosas cuarzo, talco y bebé, es una base perfecta, neutra y sencilla, para looks clásicos o nórdicos.
Estos tonos suaves son también perfectos para las piezas de descanso.
Pero ¡no dejes que la intensidad te asuste! Los tonos más vibrantes o ácidos del rosa dan mucha vida a los espacios y consiguen ese aire tropical que recuerda a los flamencos, perfecto en terrazas y jardines, pero también en piezas con una onda especial, tipo boho.
¿Te atreves a aplicarlo en un muro? Y ¿qué tal en una puerta? ¡El efecto es impactante!
Partners perfectos
Como todos los colores (y materiales) su intensidad y protagonismo depende, en gran parte, de con quién comparta escena. En el caso del rosa hay un componente extra para la ecuación: la intensidad… la suya y la del partner.
Por ejemplo, un rosa talco combinado con blanco roto o la gama más clara de los tierra te ayudará a conseguir un toque clásico para un recibidor; un rosa chicle, más juvenil y alegre, te dará un efecto girly, perfecto para la pieza de una adolescente; y un rosa-frambuesa contrastado con verde hoja será perfecto para una cocina.
Aquí tienes tres combinaciones infalibles con tres intensidades de rosa:
Rosas más suaves, con gris – Equilibrio eficaz
Rosas intermedios, con blanco – Luminosos y neutros
Rosas vivos, con verde y colores fuertes – Naturalidad y exotismo
¡Ah! Y si quieres un toque Glam… ¡Combínalo con metalizados y algún adorno extravagante!
¿Te gusta el rosa? ¿Con qué propuesta te quedas?
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