Siempre lo decimos: la cama es uno de los muebles más importantes de la casa. Eso sí, se compone de muchos elementos: el colchón, la base, la ropa de cama y, por supuesto, el respaldo. Hay quien le resta importancia a éste último, incluso prescindiendo de él. Sin embargo, creo que las camas con cabecero se sienten más completas y vestidas. Porque además de su función estética, los cabeceros cumplen con la tarea de proteger el muro de rozaduras y sirven de respaldo para leer, ver la tele o desayunar cómodamente.
En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a ver camas sin respaldo o cabeceros mínimos, con pocos adornos y de formas sencillas, seguramente muy influidos por la estética nórdica. Pero si eres de los del sí rotundo al respaldo, te invito a que te unas al resurgir de una tendencia: ¡el tapizado!
Y es que los respaldos tapizados son un innegable toque de distinción, color y romanticismo, que además aporta consistencia, desde la pieza de matrimonio hasta la de los niños.
Y ojo, ¡que el tapizado no vuelve solo! Su partner perfecto es el capitoné, que seguro has visto en sofás tipo chéster, al que deben su origen. Es una dupla bien clásica, que ya de por sí transmite elegancia, pero que, complementada con la ropa de cama adecuada, te ayudará a crear una atmósfera romántica y delicada.
En una nota un poco más sencilla, tienes respaldos tapizados que ni siquiera tienen marco o formas. Lo mejor es que son tremendamente cómodos y encajan en cualquier decoración.
¿Quedaste con ganas de más? Aquí tienes una dosis extra de inspiración:
Si ya te has animado a enmarcar tu cama con un respaldo tapizado, vente a Homy. ¡Seguro que el que buscas está allí!
Comentarios