Últimamente vivo enamorada de ese universo de color que vive entre las gamas de los rosados y los rojizos. Pero, sobre todo, de las miles de combinaciones posibles entre los borgoñas más saturados y oscuros, y los rosas más suaves y dulces. No hablo de los fucsias, de los flúor ni tampoco de los rojos pasión más anaranjados. Sino de esa transición tan cálida, sutil y femenina del rosa talco al burdeo.
El contraste entre la suavidad y la delicadeza de los rosados, que aportan luz, con la fuerza y calidez de los borgoñas, que entregan una buena dosis de personalidad, resulta en decoraciones de un gran magnetismo, que atraen e inspiran.
También es interesante jugar con las texturas para conseguir ambientes cálidos. Esta temporada verás que el borgoña está por todas partes y, aunque sea un color más otoñal, en verano puedes ir sacándole el jugo combinándolo precisamente con estos blush rosados, mucho más frescos y de temporada. Desde los papeles pintados, hasta los cojines, ¡el lienzo es tu casa!
Es una buena idea ir adentrándose en estas combinaciones con las gamas intermedias, que son menos atrevidas, pero resultan igual de atractivas. Un tono que me encanta para empezar a jugar y que además está entrando con fuerza de a poco es el ciruela.
Es una inspiración bien atractiva para redecorar tu living o tu pieza, si buscas algo menos frecuente, tal vez puedes empezar por la pieza de invitados. Usa maderas poco tratadas para conseguir looks más cálidos, y los vidrios y metales si es que buscas un ambiente algo más sofisticado.
Esta paleta de colores y las miles de combinaciones entre sí, son ideales para poner un toque diferenciador en celebraciones. Me encanta el resultado del contraste en centros de mesas o ramos de novia. Se ven elegantes y delicados, pero, sobre todo, originales.
¿Te atreves con la combinación ganadora de la temporada?
Comentarios