Como en muchos otros casos, el diseño de interiores también tiene piezas icónicas que trascienden en tiempo y espacio. En el caso de las sillas son varios los ejemplos de diseño, en su mayoría creados en Europa en los años 50.
¿Quieres ver cuáles son?
Eames
La silla Eames fue creada en 1950 por Charles Eames junto a su esposa, Ray. Ellos fueron pioneros en la utilización de nuevas técnicas y materiales como la resina o fibra de vidrio. De ahí nació la serie Molded Plastic Chair en cuatro opciones que incluían bases distintas; de alambre, de madera, apilable y de acero.
Las cuatro variantes, después conocidas como sillas Eames, fueron la primera familia de sillas comerciales. Una propuesta de mobiliario de bajo costo y una solución económica inspirada en la complejidad de las curvas de los automóviles.
Hoy, la silla Eames es todo un ícono de interiorismo y se puede encontrar como parte de diferentes propuestas y estilos de diseño.
Acapulco
Fresca y divertida, la silla Acapulco es diseño anónimo, creada en la ciudad de Acapulco, México, en la década del 50. Lleva su nombre por el legendario Resort Pacífico Acapulco, lugar visitado por diversas celebridades de la época, como Elvis Presley y Elizabeth Taylor.
Está compuesta por una estructura circular sólida y un entretejido de cuerdas de plástico que cumplen la función de amoldarse al cuerpo y proporcionar frescura.
Y si bien, tradicionalmente la silla Acapulco estaba hecha de colores fuertes y vibrantes, hoy la podemos encontrar en una paleta muy diversa y versátil, ideal para utilizar en cualquier espacio, interior o exterior.
Barcelona
Mies Van der Rohe, arquitecto alemán de la escuela Bauhaus, y su compañera Lilly Reich, son los creadores de esta elegante y clásica pieza, muy representativa del movimiento modernista. Fue hecha como mobiliario para el Pabellón Alemán de la Feria Mundial en Barcelona (1929), y está inspirada en las sillas plegables y apoyapiés de los faraones romanos.
Su estructura, realizada originalmente de acero inoxidable pulido y cuero de piel de cerdo, fue rediseñada en 1950 con materiales de menor costo.
Una silla de diseño armoniosa, muy elegante y tremendamente funcional que hoy es una verdadera pieza escultural donde sea que se le utilice.
Wishbone
Esta es otra de las sillas de diseño icónica de los años 50, creada por el arquitecto y diseñador danés Hans J. Wegner.
“La silla es la cosa más cercana a las personas, por lo que es importante que sus detalles sean perfectos. La gente toca el mueble, ve con sus manos”, decía Wegner.
Él buscaba la democratización del diseño, mezclando el estilo con la funcionalidad. No por nada, la silla Wishbone cuenta con una estructura ergonómica casi perfecta, que permite mantener la espalda recta y brazos apoyados.
Está fabricada en madera de haya, mientras que su asiento es de cable de papel para asegurar su comodidad y durabilidad.
Tólix
Un clásico de la decoración industrial, la silla Tólix fue creada por el francés Xavier Pauchaurd en 1934. Hecha de acero galvanizado, y pensada para el exterior (por eso los agujeros de su asiento, que permitían evacuar agua), fue un hit entre dueños de cafés y fábricas, quienes quisieron incorporarla a sus ambientes de interiores. Ellos fueron quienes le pidieron a Pauchard que la rediseñara para hacerla una silla apilable.
Hoy el diseño de esta silla se ha revitalizado, dando lugar a una extensa línea de productos como mesas, bancos, pisos, etc.
Tulip
Moderna y rupturista, la silla de diseño Tulip fue creada por el diseñador finlandés, Eero Saarinen en 1956, como complemento para una mesa de comedor.
Inspirada en un tulipán, con un tallo en la base que se ensancha hasta el asiento, Saarinen busca “poner fin al desorden de patas” con una estructura simple y funcional, aunque también muy cómoda y con la posibilidad de ser giratoria.
La silla Tulip es versátil, ya que tiene un aire futurista y retro a la vez, ideal para espacios que buscan personalidad propia, sin la necesidad de caer en un estilo determinado.
Louis Ghost
Esta silla fue creada por el diseñador francés Philippe Starck el año 2002, inspirada en el diseño original barroco de Luis XVI. Sin duda, su característica más interesante es su cuerpo transparente de policarbonato.
En su estructura no existen las uniones, es decir, es sólo una sola pieza continua. Y si bien, el diseño original era incoloro, hoy la podemos encontrar en versiones negro y blanco. Es una silla muy fuerte, incluso resistente a rayones y a espacios exteriores. Una pieza única, capaz de atraer las miradas esté donde esté.
7 sillas de diseño que se transformaron en piezas ícono y que, de seguro, seguirán formando parte de las propuesta de interiorismo por muchas décadas más. ¿Cuál fue tu favorita?
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