Las mesas de verano tienen algo mágico. Es como si la luz, la alegría y el calorcito se sentaran a la mesa con nosotros, incluso si usas más o menos los mismos elementos que en otras fechas. Hay un material que, sin embargo, es estrella en esta época del año: la melamina, ese compuesto orgánico, que es más bien un súper plástico liviano e irrompible.
Aunque había sido desarrollada en los años 30 por científicos alemanes, la melamina se convirtió en un auténtico hit en la década de los ’50. Y es que durante la Segunda Guerra Mundial esta resina se usó para fabricar utilería de cocina, como platos, vasos y hasta cubiertos, para los barcos de la marina de los EEUU, porque los metales eran demasiado caros y estaban destinados a la guerra.
Una vez terminada la guerra, la melamina encontró un sólido mercado en Estados Unidos y Europa, donde la vida empezó a ser mucho más relajada y casual. Muy pronto aparecieron utensilios de brillantes colores y hasta con diseños estampados, que además de ser prácticos eran entretenidos, modernos y lindos.
Después de su gran boom, se empezó a usar también para fabricar muebles y revestimientos. Y es que, por la combinación de sus compuestos, es un material extremadamente resistente, que aguanta altas temperaturas, incluso el fuego. Tal vez por eso se ganó la etiqueta de “irrompible”.
Unos años después, en los ’70, la vajilla de melamina perdió un poco de fuelle porque, a pesar de que era casi imposible de quebrar, sí se rayaba con facilidad. Poco a poco fue quedando fuera de las mesas, aunque, por ser un material liviano y fácil de manejar, se mantuvo como indispensable para los almuerzos y cenas de los niños y se convirtió en un must en las cestas de picnic.
En el último tiempo la vajilla de melamina ha vuelto a ganar protagonismo y prestancia en las mesas. Los nuevos diseños son más elaborados y trabajados. Imitan cerámicas y vidrio, replicando sus relieves y apariencia de tal forma que ya no se siente ya infantil o como de acampada y, sobre todo, se ha conseguido que aguante mejor los rayados.
Con esta nueva versión de los acrílicos se pueden conseguir resultados mágicos. Mesas de ensueño que, solo con melamina, la visten con la misma elegancia o alegría que cualquier utilería de cristal o porcelana.
Icono de los años 40 y 50, de aire nostálgico y vintage perfecto para tus mesas este verano ¿te animas a incorporarlo?
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