Los futones o sofá cama se presentan como la alternativa perfecta cuando necesitas un mueble para sentar, como también para dormir. Son ideales para ambientes pequeños, para un dormitorio de invitados o para una habitación con varias funciones. Pero, cuál elegir para cada caso, ¿futón o sofá cama?

Conoce qué debes considerar a la hora de elegir uno:

Diferencias entre un futón y un sofá cama

Si bien ambos son sillones que se transforman en cama, tienen algunas diferencias:

  • El futón es un mueble poco mullido, de baja altura, liviano y que, en la mayoría de los casos, no incluye apoyabrazos. Su diseño es moderno y minimalista y sueles encontrarlos en colores vibrantes.
  • Por su parte, el sofá cama tiene una estructura similar a la de un sillón, con respaldo alto y cojines más densos. Su diseño es más clásico y los puedes encontrar de 2 o 3 cuerpos.
Futón azul de tapiz aterciopelado, situado en living con tonos claros y mesa de centro y lateral de madera clara con patas largas. Ambientado con plantas y cuadros
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Lo que debes considerar a la hora de elegir

1. ¿Para qué lo vas a usar?

Lo primero que debes considerar es el uso que le darás a tu futón o sofá cama: como sillón para ver películas, como cama extra en la pieza de invitados o, si tu casa es pequeña, puede que sea el sofá de tu living.

Futón tipo chaise lounge verde en un living decorado con tonos grises. Tiene cojines y una manta y algunos detalles decorativos de color naranjo
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2. El diseño

El dónde lo usarás también es importante para definir el estilo y diseño de tu futón o sofá cama. Y si bien esto dependerá de tus gustos, un sofá cama, que se parece mucho más a un sillón convencional, se verá increíble en tu sala de estar. Además, pasará desapercibido junto a otros muebles y con complementos, como cojines o mantas.

El futón, por su parte, será perfecto para la pieza de los niños, ya que su diseño es informal y colorido.

Futón turquesa con silla azul en una sala de estar decorada en blancos y grises, con alfombra con motivos geométricos, mesas auxiliares y una repisa.
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3. Sistema de apertura

Otro tema que debes tener en cuenta, es el sistema con que se abre, sobre todo si lo vas a usar de forma frecuente.

Si este es tu caso, te recomendamos que optes por un futón o sofá cama que se despliegue fácilmente, con un sistema liviano con el que puedas abrirlo y recogerlo sin problemas.

Incluso, hay modelos que permiten tener la cama hecha, con sábanas y frazadas. ¿Genial, no?

Para que te hagas una idea, estos son los sistemas que existen:

  • Apertura tipo libro: como lo dice su nombre, este sofá cama o futón se abre como un libro. Para abrir, debes separarlo del muro y abatir el respaldo. Inmediatamente quedará transformado en una cama.
  • Deslizantes: en este caso, una estructura sale de abajo del sofá y queda a la altura de los asientos gracias a un sistema de alzado. Es más difícil de abrir que la opción anterior, pero el resultado es más parecido a una cama convencional.
  • Desplegable: en este caso, se enrollan el colchón bajo los asientos del sofá. Al abrirlo, comenzará a abrirse formando la cama. En general, es bastante simple y permite incorporar colchones de mejor calidad.
Dos imágenes que muestran un sofá cama gris abierto y cerrado en una sala de estar pequeña con una alfombra gris claro y una mesa de centro blanca.
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4. Metros cuadrados disponibles

El tamaño de tu futón o sofá cama dependerá de los metros cuadrados con que cuentes. Para asegurarte, es importante que no sólo midas la habitación sino también el mueble, abierto y cerrado.

Para espacios reducidos, te recomendamos opciones de uno o dos cuerpos, mientras que en ambientes más grandes, un sofá cama de tres cuerpos será perfecto.

¿Un tip? Lo ideal es dejar 60 centímetros libres para que puedas moverte cómodamente por ambos lados. Asimismo, evita poner muebles como veladores o mesas muy cerca ya que tendrás que moverlos cada vez que quieras abrir el futón o sofá cama.

Gif de una poltrona verde que se abre para formar una cama estilo chaise lounge. Tiene un cojín blanco con patrones azules y una manta blanca. Está sobre una alfombra gris y a sus lados hay un arrimo y una mesa lateral.
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5. La tela

La tela de los cojines es muy importante, ya que no solo se usará como asiento sino también como cama. Por eso, lo mejor es elegir un tejido resistente y confortable.

La loneta es una excelente alternativa ya que soporta bien el desgaste, el paso del tiempo y no se arruga. ¡Perfecta para un mueble como este!

Detalle de un futón rojo con patas de metal.
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Comodidad, funcionalidad y estilo se conjugan en este mueble. Y tú, ¿prefieres futón o un sofá cama?