En invierno tendemos a cambiar los textiles de la casa. Aparecen las frazadas, se espesan las alfombras, y los cojines y plumones se prefieren más mullidos y acogedores. Pero muchas veces se nos olvida un elemento que cumple una función prioritaria en invierno: las cortinas.
Si aún no te has animado a instalar cortinas en tus ventanas este invierno puede ser la ocasión perfecta.
Las puertas y ventanas son los puntos de fuga por los que se escapa el calor de nuestra casa, y también por los que entra la humedad y el frío del invierno. Seguro has visto cortafríos para los bajos de las puertas, que son como cojines alargados que se ponen a ras de suelo. Y en las ventanas la mejor solución son las cortinas.
Las cortinas actúan como aislante. Cuanto más gruesas sean y más pliegues tengan, más encapsularán el frío, evitando que entre en tu hogar. Esto, a la larga, supone que tu consumo en calefacción sea menor y también que el calor que ésta emita se optimice, porque los tejidos gruesos son capaces de absorberlo, manteniendo tu casa temperada por más tiempo.
Las cortinas roller y otras persianas horizontales son bien eficaces para ventanas correderas y ocupan muy poco espacio – visual y físico – sin embargo, no son muy eficaces a la hora de protegernos del frío. Por eso, durante esta estación, yo siempre prefiero las cortinas largas hasta el piso, independientemente del tamaño de la ventana.
Éstas son las dos opciones más eficientes:
Cortinas de tela gruesa
Hablamos hace poco en el blog de los tejidos Jacquard y hoy los retomo, pues son ideales para confeccionar cortinas. Un tejido grueso, algo pesado y resistente, que confiere la rigidez y caída justa para que las cortinas, además de ser prácticas, se vean elegantes.
Otro material que me encanta para el cortinaje es el tan aclamado terciopelo. Sin duda una apuesta algo arriesgada, pero muy de tendencia y que cumplirá a la perfección con los criterios estéticos y prácticos de los que hablábamos.
Fíjate que las cortinas tengan el tamaño adecuado y, ojalá, hasta les sobren algunos centímetros. Siempre resulta más práctica una cortina con muchos pliegues que una raquítica que apenas alcance a cubrir la ventana.
El gran inconveniente de las cortinas de tela gruesa es que suelen oscurecer los espacios porque, así como impiden la entrada del frío, también obstaculizan el paso de la luz. Así que, si tienes pocos metros, tal vez te interese más la segunda opción:
Doble cortinado
Es la opción ideal si necesitas que la luz fluya, tienes pocos metros o si no quieres andar cambiando las cortinas cada temporada.
En esta opción aplicamos dos cortinas: una vaporosa, sutil y sencilla, tipo visillo, y añadimos en los laterales un cortinón pesado como los que venimos hablando.
Cuando haga calor puedes quedarte solo con las cortinas vaporosas, y cuando empiece el frío, bastará con añadir las cortinas gruesas que te servirán como aislante.
Si no quieres cambiar las cortinas gruesas en cada temporada hay una alternativa, aplicable a las dos opciones anteriores, que consiste en añadirles un forro térmico para invierno. Suelen ser bastante económicos y fáciles de instalar, pues traen una cinta adhesiva para pegarla a nuestras cortinas.
Aún quedan algunas semanas frías, así que estás a tiempo de aplicar cortina ¿te animas?
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